Un Proyecto con planeación acabaría con sobrecostos sorpresa por parte de constructores.

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ORIGEN
Las arraigadas prácticas de emplear respuestas fáciles a favor del constructor a cuestas del cliente, aunado al desconocimiento técnico de lo que implican los trabajos de su proyecto por parte del usuario fomentan este tipo de prácticas que apuestan a expresarle una cifra económica que por momentos parece obtenida mágicamente.

PRÁCTICA COTIDIANA
Partiendo del principio lógico que un constructor, no pretende perder dinero al construir algo a un cliente. Por lo que es práctica común que él tenga acceso a estadísticas referenciales del precio por m2 según el tipo de construcción que se trate, y aumente discrecionalmente ese importe por un factor de miedos e imprevistos unilateralmente por parte del Constructor.

PERO ENTONCES, ¿UN CLIENTE PODRÍA COMPARAR PRECIOS?
El proyecto, al carecer de estudios de planeación, como es la obtención de la volumetría de cada actividad de trabajo, técnicamente llamado: Cuantificación de volúmenes de Obra, impiden comparar las mismas actividades y cantidades entre varias opciones de constructores. Por lo que quedará a conciencia e iniciativa de cada constructor estructurar su propuesta en sustentos ideológicos de venta individual de cada constructor y resultará prácticamente imposible de comparar, porque algunas opciones propondrán cierta solución y otro constructor otra solución totalmente diferente sin poder comparar exactamente los conceptos y cantidades iguales.

CUAL SERÍA ENTONCES UNA SOLUCIÓN PARA COMPARAR PROFESIONALES.
Contar con un estudio del proyecto no solo arquitectónico que contemple la distribución de los espacios y el dibujo básico de fachadas y planos. Sino llevado más allá al término técnico de planos de albañilería y estructurales para obtener cada una de las actividades indispensables, y obtener por apoyado de croquis, la volumetría o cantidad de cada concepto. Por lo que no cabría razones de peso por las cuales existieran diferencias a lo real.
Dejando un margen muy estrecho para posibles pequeños ajustes en el transcurso de la obra, y aun así, ya se tendría predefinido el precio por actividad que seguramente se estarían reusando en esas pequeñas variantes.